El pasado lunes 18 de diciembre se procedió al desmontaje del carro fúnebre ubicado en el Patio de Armas del Museo Etnográfico Extremeño González Santana para ser trasladado al taller del artesano carpintero José Sousa de Olivenza.
Se trata probablemente de un ejemplar de principios del siglo XX, que iba tirado por un caballo negro enjaezado del mismo color y solía utilizarse para los entierros de tercera y de pobres de solemnidad, que sólo se acompañaban de un sacerdote.
Su estructura está realizada en madera, reconociéndose dos ruedas pequeñas delante y otras dos más grandes detrás. Las delanteras se unen por un eje móvil y soportan el pescante donde iba el carrocero; del mismo material son las de la parte trasera, donde sus listones soportaban la caja mortuoria. Posee un sistema de amortiguadores de ballestas de hierro. En la parte trasera del carro se reconoce un rodillo de madera que permitía mover, con mayor facilidad, hacia adelante o hacia atrás el ataúd.
Presentación de nuestra propuesta en el Registro General del Ayuntamiento |
La restauración del carro, que se llevará a cabo en los próximos meses, será costeada con cargo a fondos de la Presidencia de la Junta de Extremadura y al dinero recaudado por Limbo Cultura para este fin entre la ciudadanía de Olivenza.
Actualmente se encuentra en un lamentable estado de conservación al haber estado sometido a las inclemencias del tiempo por no disponerse de un espacio adecuado para su almacenaje.
Desde nuestra asociación hemos dirigido un escrito al Ayuntamiento de Olivenza en el que proponemos que, una vez concluidos los trabajos de restauración, sea trasladado a uno de los porches de entrada al cementerio, cercado por una verja para evitar el vandalismo. En este lugar, el más apropiado a nuestro juicio, ya recuperado y protegido, daría testimonio de su antiguo uso a las nuevas generaciones.
Porche a la entrada del Cementerio de Olivenza, lugar propuesto para su ubicación definitiva |
Preservando este peculiar elemento del patrimonio de Olivenza, honraremos también la memoria de nuestros más humildes conciudadanos de antaño, a los que este carro fúnebre llevó con dignidad hasta su última morada.
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